El día 17, el secretario de Defensa norteamericano dijo que decidió aplazar el entrenamiento aéreo con el Sur de Corea y que el Norte de Corea también debe mostrar la "sinceridad correspondiente" y retornar incondicionalmente a la mesa de negociaciones como respuesta a la "medida de buena fe" de EE.UU.
EE.UU. finge hacer aporte a la paz y estabilidad de la Península Coreana describiendo el aplazamiento del entrenamiento como un "favor" o una "concesión" a alguien. Pero, lo que demandamos a EE.UU. es que éste salga del entrenamiento conjunto con el Sur de Corea o lo pare totalmente.
La posposición de la maniobra militar conjunta no va a garantizar la paz y seguridad de la Península Coreana ni ayudará a los esfuerzos diplomáticos por la solución del problema.
Si es verdad que EE.UU. está interesado en el diálogo con la RPDC, no habría el motivo por el cual recurre con tanta rabia a la campaña de DDHH y de sanción y presión para insultar y aplastar a la contraparte de las pláticas.
Desde el punto de vista de la sociedad internacional, tal conducta de EE.UU. puede parecer turbia e intransparente, pero lo todo está claro a nuestra vista.
Es que EE.UU. maniobra astutamente para pasar el apuro de ahora en vísperas del fin de este año y el inicio del nuevo tratando de ganar el tiempo sin abandonar su ambición hostil anti-RPDC.
EE.UU. suele hablar de las negociaciones por la desnuclearización. Pero, no hay motivo de discutirla antes de que la política hostil anti-RPDC de EE.UU., causa del problema nuclear de la Península Coreana, fuera cancelada de manera completa e irreversible.
No tenemos prisa ni pensamos en conversar con EE.UU. que está taimando ardid como ahora.
Y ajustaremos las cuentas, caso por caso, de los méritos de que el presidente norteamericano viene hablando con orgullo durante más de un año.
No se debe discutir los problemas asociados al mejoramiento de relaciones RPDC-EE.UU. y al establecimiento del sistema de paz en el marco de las negociaciones de desnuclearización. Será posible debatir el tema de desnuclearización después de que se construya de antemano la confianza entre los dos países y se eliminen todas las amenazas que vulneran la seguridad y desarrollo de nuestro país.
Antes de que retire su política hostil anti-RPDC, EE.UU. no debe pensar ni en sueño con las negociaciones de desnuclearización.
