En entrevista con VOA sostenida el día 19, el asistente del secretario para democracia, derechos humanos y trabajo del Departamento de Estado de EE.UU. disparateó que expresa preocupación por la "situación de DDHH" de la RPDC y que "hace falta intervenir para cambiar la acción de los países violadores de DDHH como el Norte de Corea".
Insatisfecho con la aprobación forzada de la "resolución de DDHH" anti-RPDC en la reunión plenaria de la 74ª sesión de la Asamblea General de la ONU, EE.UU. acusó directamente a nuestro país del "problema de DDHH", hecho que deviene una muestra de veto crónico a nuestro régimen y grave provocación política contra nuestro Estado.
Tal blasfemia, proferida cuando las relaciones RPDC-EE.UU. se aproximan a la coyuntura más delicada, producirá el resultado de exacerbar la ya bastante tensa situación de la Península Coreana, al igual que echar gasolina en el fuego.
EE.UU. no tiene justificación ni derecho para intervenir en asuntos ajenos porque tiene todos los defectos de violación de DDHH como asesinato, violación sexual, discriminación racial y maltrato a los inmigrantes.
Nuestro país es el Estado socialista centrado en las masas populares donde éstas tienen plena libertad ejerciendo derechos genuinos como dueñas del país.
Los DDHH implican el poder nacional y la soberanía del país y la nación.
EE.UU. lo pagará muy caro si trata de atentar contra el régimen de nuestro país con la acusación de esa índole.
El asistente del secretario de Estado debe hablar con reparos.
El gato no retrocede aunque el ratón haga muchos píos.
Consolidaremos y desarrollaremos el más ventajoso régimen socialista al estilo coreano que garantiza legal y prácticamente los DDHH del pueblo.