Parece que Trump está muy curioso por lo que estamos pensando y muy impaciente por el tipo de la acción que emprendamos.
Sus recientes y seguidos discursos y expresiones suenan superficialmente como amenaza a alguien, pero constituyen una prueba contundente de que él se ha acobardado mentalmente.
El mandatario norteamericano deberá aceptar esta realidad "cada acción tiene su precio" y le convendría meditar seriamente si no quiere ver la consecuencia más desastrosa.
A finales de este año que llegarán pronto, el Presidente del Comité de Estado de la RPDC sacará la conclusión final y tomará la decisión definitiva aunque él no ha aclarado todavía ninguna posición. Además, él se abstiene de las expresiones irónicas e irritantes como las que está usando alguien contra la contraparte.
Habrá que parar las palabras vulgares de Trump que pueden disgustar poco a poco al Presidente del CE de la RPDC.