Hemos recibido una carta personal que le remitiera el Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, al compañero Presidente del Comité de Estado, Kim Jong Un.
Pienso que es un buen juicio y acción correcta y merece el excelente reconocimiento el hecho de que el Presidente estadounidense se esfuerza por mantener las relaciones con nuestro Presidente del CE, que eran excelentes, volviendo a enviarle la carta personal en el tiempo actual en que existen grandes dificultades y desafíos en la vía de desarrollo de relaciones bilaterales.
En su misiva, el Presidente Trump transmitió su cordial voto por el bienestar de los familiares del compañero Presidente del CE y del pueblo coreano escribiendo que se había puesto alegre al tener noticia de que fueron transmitidas correctamente sus felicitaciones de cumpleaños enviadas en la anterior carta.
Tras explicar su proyecto de promover las relaciones bilaterales, expuso la intención de ofrecer la cooperación en el sector profiláctico de virus resaltando su emoción por los esfuerzos del compañero Presidente del CE para defender a su pueblo desde la seria amenaza de la epidemia.
Trascendió su deseo de estrechar el contacto con el Presidente del CE, Kim Jong Un, haciendo referencia a que aprecia sus relaciones con él y que tuvo dificultades en avisarle su idea debido a la comunicación mutua no frecuente en los tiempos recientes.
Creemos que tal carta personal del Presidente Trump constituye un buen ejemplo de las excepcionales y sólidas relaciones personales de amistad con el compañero Presidente Kim Jong Un.
A su vez, el compañero Presidente Kim Jong Un agradeció al Presidente Trump por la carta amable, reafirmando su especial amistad privada con él.
Por suerte, las relaciones personales entre ambos Máximos Líderes siguen siendo muy excelentes, a diferencia de las distanciadas entre los dos países en enfrentamiento.
Pero, no se debe evaluar con premura los nexos RPDC-EE.UU. y su desarrollo tomando en cuenta la amistad privada entre sus dignatarios, ni mucho menos pronosticarlos y esperarlos a base de ésta.
Por supuesto, la amistad entre los representantes de los dos países dará un efecto positivo, pero resulta una incógnita cuánto cambiaría e promovería ella la estructura de desarrollo de relaciones bilaterales y sería poco agradable sacar la conclusión ligera o abrigar el optimismo.
Si no renuncia la idea unilateral y de ambición excesiva sin garantizar la imparcialidad y el equilibrio, las relaciones de los dos países irán de mal en peor.
A decir mi opinión particular, podremos pensar en los lazos bilaterales y el diálogo para los mismos no cuando haya cartas personales entre ambos dignatarios sino en el momento en que se mantenga el equilibro y se garantice la imparcialidad entre los dos países tanto en lo dinámico como en lo moral.
También en estos momentos, estamos trabajando con empeño para desarrollarnos y defendernos por cuenta propia en un ambiente tan cruel que "acondiciona" con pasión EE.UU.
Aunque es un deseo nuestro, habría que observar con el paso de tiempo si será posible el día en que los nexos entre ambos países se tornen tan buenos como los de sus Máximos Líderes.
Pero, no perderemos en vano ni malgastaremos ese tiempo y, mientras tanto, nos cambiaremos y nos autofortaleceremos de continuo, como lo hemos hecho en comparación con dos años atrás.
Al final, expreso sincero agradecimiento al Presidente de EE.UU. quien ha mostrado su buena fe de siempre hacia el compañero Presidente del CE.